sábado, 20 de octubre de 2007

Las escuelas aztecas


Los niños prehispánicos, eran muy parecidos a los niños de hoy, pues al igual que nosotros les gustaba jugar, correr y construir juguetes; y al igual que tú y yo, también iban a la escuela. Su educación comenzaba en el hogar, en donde la madre se encargaba de enseñarlos hasta los diez o doce años de edad. Al llegar a esta etapa, comenzaba lo que se llamaba "instrucción pública", que terminaba hasta cumplir los veinte años.

Calmecac


El Calmecac (del nahuatl calli 'casa', mecatl 'morador' y -c 'lugar') era la escuela para los hijos de los nobles aztecas. En esta escuela se les entrenaba para ser sacerdotes, guerreros de la élite, jueces, senadores, maestros o gobernantes, educándolos en historia, astronomía y otras ciencias, la medición del tiempo, música y otras artes, filosofía, religión, hábitos de limpieza, cuestiones de economía y gobierno y sobre todo, disciplina y valores morales. Habían maestros especiales que les enseñaban la tradición, y leían y aprendían de memoria las historias ilustradas en los códices. La escuela funcionaba como un internado, donde los jóvenes vivían, dormían y comían. Con los aspirantes a sacerdotes su educación se enfocaba en la religión, e incluía rituales, cantos a los dioses e interpretación de los sueños. Los aspirantes a guerreros de la élite o a gobernantes recibían más entrenamiento militar y sobre asuntos de economía y gobierno.
Los jóvenes de los nobles
eran educados en casa cuando pequeños, pero a cierta edad, que diversos autores asignan entre 7 y 15 años de edad, entraban a vivir en el Calmecac. Desde el momento de su entrada, se hacía un ritual especial en el que se hería al niños para acostumbrarlo a soportar el dolor. Su educación variaba de acuerdo a la edad, pero cuando eran adolescentes iniciaba su entrenamiento militar, y cuando eran jóvenes adultos, se les llevaba a la guerra.
Para los aztecas
era muy importante que sus gobernantes fueran aptos para los cargos que desempeñaban, tuvieran la capacidad de tomar buenas decisiones y fuertes convicciones morales. En el Calmecac se les enseñaba todo esto, y los alumnos sufrían diversas pruebas, sobre todo en la guerra, para demostrar su valor y su habilidad militar
. A los que fracasaban, se les marcaba y rechazaba socialmente.
Desde pequeños se le levantaba en la madrugada para recibir baños de agua fría. Hacían penitencia y autosacrificio, usando espinas de maguey,
ayunaban frecuentemente y practicaban la abstinencia. Además usaban ropa ligera para desarrollar el control de sus cuerpos contra el frío. Trabajaban duro durante el día
, y pasaban en vela muchas noches en rituales de purificación. Si se quedaban dormidos o cometían una falta, se les castigaba de forma dura. Todo esto servía para forjar un carácter fuerte y resistente, digno de un noble, y para probar a los akakss que no pudieran desempeñarse en su vida de adultos.

Telpochcalli


Telpochcalli (en náhuatl ‘casa de los mancebos’), centros en los que se educaba a los jóvenes del pueblo, a partir de los 15 años, para servir a su comunidad y para la guerra. A diferencia de los nobles que asistían al calmécac, los vástagos de los plebeyos, conocidos genéricamente como macehualtin, asistían al telpochcalli. Estas escuelas de jóvenes se encontraban en cada barrio o calpulli.

La vida en las telpochcalli era dura. Desde la madrugada comenzaban las extenuantes actividades. El día iniciaba con un helado baño, seguido de una comida frugal y muy controlada. Solían memorizar los cantares con los hechos relevantes de sus mayores y las alabanzas de sus dioses, además de aprender y ejercitarse en el manejo de las armas como el atlátl, instrumento utilizado para lanzar flechas, y el ma-úahuitl, la curiosa espada de madera con filos de obsidiana. Los alumnos tenían otras obligaciones, como la de reparar los templos (teocalli), acarreando los materiales necesarios, y trabajar las tierras y heredades de forma colectiva para su sustento. Especialmente se buscaba su resistencia al dolor mediante prácticas de autosacrificio. Los alumnos ociosos o incorrectos eran castigados severamente, por ejemplo, la embriaguez se penalizaba con la muerte. Si alguno de los alumnos sobresalía por su habilidad y valor en las guerras de conquista, algún día podría llegar a ser ciudadano distinguido a quien se premiaba y rendían honores. Cuando alcanzaban la edad requerida para casarse, finalizaba su instrucción en el telpochcalli.

Cuicacalco



Para las niñas y algunos niños había también escuelas, el "Cuicacalco" era otro centro escolar destinado a las artes especialmente el canto, la danza, la poesía y la oratoria, y asistían a él por las tardes hombres y mujeres.